El proyecto de la gran metrópolis ecológica parece hacerse realidad en el lugar más hostil. El desierto de Abu Dhabi acoge la ciudad de Masdar, un oasis verde aún en construcción diseñado en torno a tecnologías limpias y energías renovables, con el peatón como protagonista.
Imagine un lugar en el que los edificios consumen hasta un 40% menos de energía y agua. También en el que los espacios públicos son refrigerados de forma natural. Y en el que ningún ciudadano se encuentre a una distancia superior a los 200 metros del transporte público. Ese lugar, íntegramente diseñado en torno a tecnologías limpias y energías renovables, existe.
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En la actualidad, más del 50% de la población mundial vive en ciudades. Se estima que en 2050 este porcentaje se eleve al 70%, según Naciones Unidas. En este contexto, urbes de todo el mundo tratan de liderar la revolución global de las ciudades inteligentes. Hacer frente al crecimiento poblacional y conservar al mismo tiempo los recursos naturales es uno de los desafíos principales.
Masdar City, que comprende un área de seis kilómetros cuadrados en los Emiratos Árabes Unidos, nació con el afán de conseguirlo y convertirse en el hogar de entre 45.000 y 50.000 personas. Pese a que está en medio de un desierto, tiene una localización estratégica. Se encuentra a cinco minutos del aeropuerto internacional de Abu Dabi, a 20 del centro de dicha ciudad y a 40 de Dubai. Se pretende que albergue a 1.500 empresas y 60.000 trabajadores que irían hasta Masdar todos los días.
El proyecto, anunciado en el 2006 y diseñado por la prestigiosa firma de arquitectos Foster and Partners, ha sido financiado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Masdar, una compañía de energías renovables de Abu Dabi. La construcción de la ciudad, que aún no ha finalizado, comenzó en 2008. Desde entonces, ha atraído a más de 400 empresas y firmas extranjeras como General Electric, Mitsubishi Heavy Industries, Schneider Electric o Siemens.
De hecho, esta última compañía ha construido allí uno de los edificios más inteligentes del planeta. Se trata de su sede, cuyo diseño fue concebido como una caja dentro de otra caja. La parte interna tiene una fachada hermética diseñada para reducir la conductividad térmica. La externa cuenta con un revestimiento de aluminio que minimiza los efectos del sol y un sistema de palas que suben y bajan para adaptarse a la posición de este astro. Además, el edificio consigue un ahorro del 63% en el consumo de energía y del 52% en el consumo de agua en comparación con un edificio de oficinas estándar.
El resto de construcciones en Masdar también han sido diseñadas para ser sostenibles y ecológicamente eficientes. Los edificios consumen hasta un 40% menos de energía y agua. Y la energía que utilizan proviene de su propia planta fotovoltaica y de un sistema de paneles solares colocados en tejados de toda la ciudad. El objetivo es dejar de depender del petróleo y conseguir que esta energía también se utilice tanto para consumo personal y transporte como para tratamiento de residuos e incluso la desalinización del agua. Se pretende que todo el agua utilizada en Masdar provenga del mar, de la lluvia y del tratamiento de aguas grises y negras —residuales—. Las oficinas y los hogares cuentan con aparatos inteligentes para reducir el consumo de agua de los usuarios.
También se han tenido en cuenta las posibles condiciones meteorológicas. Masdar se encuentra en mitad de un desierto en el que las temperaturas superan los 50 grados en verano. Además de contar con un muro perimetral diseñado para contener los fuertes vientos y las tormentas de arena, sus calles son estrechas y están orientadas para aprovechar las corrientes de aire. Los espacios públicos también pueden ser refrigerados de forma natural. La ciudad cuenta con una gran torre que redirige el aire procedente de la parte superior de los edificios hacia las áreas peatonales. De esta forma, canaliza corrientes de aire fresca a lo largo de las calles de la ciudad.
Todas estas medidas buscan favorecer que el desplazamiento sea peatonal. También quiere evitarse el uso de coches. Se prevé que haya tres formas de moverse. El Transporte Rápido Personal es una especie de cabina individual eléctrica que recorrerá toda la ciudad, contará con 85 estaciones y estará en funcionamiento las 24 horas del día. El Transporte por Rail Ligero es un tren eléctrico que tendrá conexión directa con el aeropuerto de Abu Dabi y contará con 6 estaciones. Por último, el Transporte de Carga Rápida también será eléctrico y automatizado y estará destinado al transporte de mercancías y alimentos.
Pese a que el plan inicial era finalizar la construcción de Masdar en 2016, problemas con el presupuesto han retrasado esta fecha hasta entre 2020 y 2025. Aún así, ya hay un cuarto de la ciudad en funcionamiento y, según sus creadores, personas que viven y trabajan allí. Desde 2013 se permiten visitas de turistas. Masdar no es una ciudad al uso. Es más bien un laboratorio urbano en el que poner a prueba diferentes energías renovables y tecnologías limpias. Quizás albergue algunas de las mejores soluciones a un futuro sin petróleo.
| Fuente: sacyr.com
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