Actualmente vivimos inmersos en un mundo donde se hacen visibles un sinfín de situaciones sociales, ambientales y económicas que nos mantienen en constante alerta; con todo lo que vemos en las noticias día a día, y no sólo eso, sino con lo que vivimos a diario, ¿realmente creemos que el mundo se está convirtiendo en un mejor lugar?
Si consideramos temas como la desigualdad de género, derechos humanos, el cambio climático o los conflictos bélicos, la respuesta más probable es un no. Sin embargo, de acuerdo con varios reportes en materia de tecnología y avances en temas de salud, el mundo sí está presentando ciertas mejoras.
No obstante, de acuerdo con un informe de la ONU y el Banco Interamericano de Desarrollo, desde 2010 hasta la fecha, los conflictos mundiales se han triplicado, así como la cifra de muertes en combate, las bajas civiles y el flujo de refugiados y desplazados, los cuales, han aumentado considerablemente.
Y con esto no me gustaría que piensen que soy una persona fatalista, sin embargo, es justo por este tipo de circunstancias y porque creo que hay empresas y gobiernos que quieren hacer bien las cosas, que, desde hace más de 15 años, me encuentro trabajando en estos temas.
Hoy en día, son diversos los actores nacionales e internacionales que estamos conscientes de que los temas ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) son cada vez más necesarios en las operaciones y la atracción de capital hacia las empresas. Sin embargo, no todos estamos sensibilizados sobre lo que estos esfuerzos conllevan y sobre todo lo que se tiene que hacer para que estos, formen parte del ADN de las compañías y se pueda generar un cambio de fondo, pero, sobre todo, de manera sostenible en el tiempo.
Estos temas han sido tan importantes en la forma de hacer negocios, y han llegado tan lejos que a la fecha el 80% de las 250 empresas más grandes del mundo emiten activamente Informes Integrados (1).
(1) Elaboración de informes financieros y sostenibles; es decir, que no sólo tienen que ver con el desempeño financiero de la compañía, sino que también se reportan como temas ejes del documento: el desempeño social, laboral, ambiental y de gobierno corporativo de la compañía.
De la misma manera, actualmente más de 3,100 inversionistas y fondos de inversión alrededor del mundo, han comenzado a basar sus decisiones de inversión en criterios ASG. Lo que ha llevado a que el nivel de deuda por bonos verdes haya incrementado de $250 millones de dólares en 2018 a más de $700 mil millones de dólares en 2020.
Los temas ASG, aún siguen pasando por una importante y constante evolución a raíz de las necesidades y exigencias de los mercados nacionales e internacionales y por la necesidad de volver más resilientes los negocios ante las problemáticas actuales. De tal forma que estos temas han involucrado cada vez a más actores y requiriendo que estos temas sean tratados de forma transversal dentro de las organizaciones, traduciéndose en un enfoque 100% de gestión de riesgos, permanencia y creación de valor.
Con todo esto, pudiéramos decir que los temas de ASG van más allá de tan sólo dar dinero a una comunidad, sino que también se tiene que crear una estrategia relacionada al negocio, a su resiliencia y por ende a su sostenibilidad; en donde es necesario contar con las herramientas correctas para lograrlo, dentro las cuales se encuentran las personas, la infraestructura y, sobre todo, el convencimiento real de que se está haciendo algo al respecto y de que las empresas (en todos sus procesos) se encuentran realmente comprometidas con todos sus grupos de interés.
A todo esto, se suma esta urgencia de los mercados por integrar los temas de ASG en las operaciones de las compañías, lo que ha llevado a que, en ocasiones, las empresas sean más reactivas que estratégicas en estos temas, e inician su implementación no por cuestiones de convicción y estrategia o porque realmente les va a generar beneficios financieros de manera sostenible al volverlos más resilientes a las problemáticas actuales y futuras.
Con todo esto, es importante mencionar que es indistinto si la empresa es privada o pública, esto ya es un requisito que toda empresa debe cumplir si quiere contar con una buena reputación, garantizar una mayor eficiencia y eficacia de sus procesos para atraer más inversiones y/o capital a la compañía, y quizás por tener las ganas de hacer las cosas bien.
