Arquitectura y urbanismo, claves para una mejor calidad de vida

En la actualidad, existe una relación muy estrecha entre la infraestructura de los espacios que habitamos y el comportamiento humano o bienestar de las personas que viven en las ciudades. La arquitectura y el urbanismo no solo moldean nuestras ciudades, sino que también impactan profundamente en nuestra calidad de vida. 

La arquitectura y el urbanismo son disciplinas interrelacionadas, por un lado, la arquitectura se centra en el diseño de edificios y estructuras, mientras que el urbanismo organiza el uso y desarrollo del espacio urbano, ambas disciplinas son clave para construir entornos funcionales y eficientes.

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Este 8 de noviembre celebramos el Día Internacional del Urbanismo, por lo que es un momento ideal para reflexionar sobre cómo la arquitectura y el urbanismo influyen en aspectos fundamentales de la sociedad como la salud física y mental, accesibilidad y movilidad de todos los ciudadanos.

Es una fecha que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra desde 1949 gracias a la iniciativa del urbanista argentino Carlos Della Paolera y que actualmente está presente en 30 países de cuatro continentes, incluido México que adoptó esta efeméride en 2016.

El propósito de establecer esta fecha es el de concientizar a las autoridades públicas sobre la importancia de una buena planificación urbana que impacte positivamente en la calidad de vida de los habitantes a medida que la ciudad se expande.

En la actualidad, alrededor del 56% de la población mundial, es decir, cerca de 4,400 millones de habitantes viven en ciudades, según informe del Banco Mundial (BM).

Se espera que para el año 2050 el planeta alcance los 9,100 millones de habitantes y que el 70% de estos vivirán en las ciudades, indica informe de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), por lo que las autoridades de las ciudades en todo el mundo deben actuar con rapidez para planificar el crecimiento y proporcionar servicios básicos.

A medida que crece el número de habitantes en una ciudad aumenta también la necesidad de rediseñar la planificación urbana con la intención de garantizar una infraestructura eficiente y adaptada a las necesidades cambiantes de la sociedad, de lo contrario, se generan problemas como inseguridad, congestionamientos viales, contaminación excesiva, zonas deterioradas y bajo desarrollo económico.

Este tipo de problemas impactan en el día a día de las personas que habitan en ciudades con mala planificación urbana, aumentando el estrés emocional, afectando a la salud física y disminuyendo la calidad de vida en general.

Basado en esto, podemos decir que la arquitectura y el urbanismo juegan un papel esencial en la creación de ciudades más habitables, inclusivas y sostenibles, debido a que ambas áreas se complementan mutuamente. 

La configuración urbana, en gran medida, depende del urbanismo, ya que esta área es la que determina como se organiza y conecta el espacio urbano, mientras que la arquitectura se adapta a esas configuraciones al diseñar edificios y otras estructuras.

Para lograr ciudades más seguras y habitables, la planificación urbana debe incluir estrategias para la recuperación de espacios abandonados o deteriorados, transporte público de calidad, infraestructura pensada para los peatones, ciclistas y personas con discapacidades.

A continuación, exploraremos cómo la arquitectura y el urbanismo pueden contribuir a crear ciudades con mejor calidad de vida, centrándonos en aspectos clave como la movilidad, la inclusión y la sostenibilidad.

Accesibilidad universal e inclusión 

Es fundamental que el diseño y planificación de las ciudades esté centrado en las personas que viven en ellas, con espacios públicos que fomenten la interacción social y el bienestar de la población, como parques, plazas o áreas recreativas.

Es importante no dejar de lado a sectores de la población vulnerables como adultos mayores y personas con discapacidades, incluyendo elementos que les faciliten la vida y promuevan una mayor integración social tanto en espacios públicos como edificios, por ejemplo:

  • Arquitectura inclusiva: Esto se consigue al considerar un diseño universal para que los espacios puedan ser aprovechados por la mayor cantidad posible de personas, incluyendo rampas, elevadores, bancos, áreas de descanso, cajones de estacionamiento para personas con discapacidades, iluminación, entre otros elementos.
  • Eliminación de barreras físicas: Los espacios públicos y edificios deben de estar diseñados para ser utilizados por todos, sin importar su condición física, eliminando elementos que puedan representar un obstáculo para personas vulnerables como desniveles en las banquetas, aceras estrechas u obstruidas y escalones como única vía de acceso.
  • Uso de texturas y colores: La colocación adecuada de señalamientos y la integración de lenguajes como el braille o señas sirven como guía para la movilización independiente de personas con discapacidades.

Movilidad urbana

La movilidad urbana debe ser eficiente y sostenible para mejorar la calidad de vida en las ciudades, ya que permite el desplazamiento fácil y seguro de las personas en la ciudad.

En este sentido, la planificación urbana debe priorizar el transporte público, el uso de bicicletas y crear infraestructura segura para los peatones.

Sin embargo, existen ciudades donde la dependencia excesiva de autos particulares plantea importantes desafíos, como es el caso de Ciudad Juárez o la Ciudad de México.

En el caso de Ciudad Juárez, se estima que el 51% de la población usa un vehículo particular como medio principal de transporte para cualquier destino, según indica el informe “Así Estamos Juárez 2024”, esta situación genera problemas de congestionamiento vial en las principales vialidades, afectando negativamente la calidad del aire, aumentando los tiempos de traslado y el estrés de los habitantes.

En 2022, Ciudad Juárez registró 556,718 automóviles particulares en circulación frente a solo 3,884 autobuses de uso público. Esta gran diferencia evidencia una carencia de alternativas de transporte público adecuadas y accesibles, lo que lleva a los ciudadanos a optar por el vehículo privado. 

Por otra parte, en el centro del país, la capital y el Estado de México concentran casi 30% del total de vehículos registrados a nivel nacional, siendo la Ciudad de México una de las más congestionadas y pobladas del mundo con 9.2 millones de habitantes.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2022 la capital del país contaba con 6 millones 368 mil 520 vehículos en circulación, la mayoría de uso particular. Debido a esto, se estima que los habitantes de la Ciudad de México pasan, en promedio, de dos a tres horas al día viajando en un transporte.

En este sentido, la planificación urbana moderna debe priorizar el transporte público sostenible, fomentar el uso de bicicletas y promover espacios peatonales seguros para disminuir la dependencia de los vehículos privados. 

“La movilidad urbana eficiente es crucial en las ciudades modernas, pues facilita el acceso a educación, empleo, alimentación y espacios de recreación, cubriendo así necesidades esenciales”

Arquitectura sostenible

En la actualidad, el cambio climático es uno de los desafíos más grandes que enfrentan nuestras ciudades, por lo que es importante adaptar la arquitectura y urbanización para aminorar el impacto al medio ambiente.

Esto se logra con el diseño y construcción de edificios o espacios urbanos que prioricen el ahorro energético, reduzcan las emisiones de carbono e integren elementos de la naturaleza para mejorar la calidad de vida de los habitantes.

A pesar de conocer la importancia de mantener áreas naturales libres de injerencia humana, el aumento de la población dificulta que las ciudades continúen expandiéndose sin afectar estos espacios.

Pero esto no significa que las zonas urbanas no puedan convivir con la naturaleza, pues los arquitectos y urbanistas pueden diseñar parques, áreas verdes o jardines para mejorar la calidad de los espacios habitables.

Las áreas verdes son fundamentales para mejorar la calidad del aire, reducir el ruido, mitigar los efectos del cambio climático y proporcionar espacios para la recreación y la actividad física.

Incorporar vegetación en fachadas, azoteas y patios ayuda a reducir la temperatura del entorno urbano.

Optar por materiales de construcción naturales y reciclados ayuda a reducir los residuos que generan las obras, así como implementar sistemas de captación y reutilización de agua como parte de la planificación urbana.

El urbanismo y la arquitectura tienen un impacto fundamental en el desarrollo de las ciudades, pero más importante aún, en la calidad de vida de sus habitantes, promoviendo entornos inclusivos, sostenibles y saludables.

Es por eso que, empresas constructoras como Global Engineering Group (GEG) desempeñan un papel crucial en este proceso. Como líder en la edificación de naves industriales, GEG se suma a la visión de construir espacios que no solo cumplan con los estándares de funcionalidad y eficiencia, sino que también integren principios de sostenibilidad y responsabilidad social.

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